Si te gusta cocinar, más tarde o más temprano terminas dando tu toque personal a esa receta de toda la vida. Os voy a poner un ejemplo personal. ¿Quien no conoce la famosa receta del bizcocho de yogur? Sí, sí, esa en la que utilizamos el contenido de un yogur y luego reutilizamos su envase para medir los demás ingredientes. Estos son:
Ingredientes:
- 1 yogur natural (o de limón)
- 1 sobre de levadura
- 2 medidas de yogur de azúcar
- 3 medidas de yogur de harina
- 1 medida de yogur de aceite de oliva
- 3 huevos
- Si el yogur es natural se puede añadir la ralladura de un limón.
- 180º durante 30 minutos.
No recuerdo cuándo me dió por sustituir una de las medidas de harina por cacao en polvo sin azúcar. Me salió un bizcocho de chocolate quemado por arriba porque me pasé de tiempo. Como además tenía invitados recorté la costrilla quemada y recubrí el bizcocho con una capa de azúcar glass (porque vi en Internet que no era más que azúcar pulverizado). Encima quedó bonito, y nos lo comimos todo para merendar. Nos gustó a los niños y a los grandes.
- 1 yogur natural
- 1 sobre de levadura
- 1,5 medidas de yogur de azúcar
- 2 medidas de yogur de harina
- 1 medida de yogur de cacao en polvo sin azúcar
- 0,5 medida de aceite de oliva
- 3 huevos
- Si hago un bizcocho 200º durante 30 minutos.
- Si hago magdalenas, 200º durante 11 ó 12 minutos cada tanda.
Os cuento porqué:
Este momento lo podemos aprovechar también para personalizar la decoración, por ejemplo, vamos a ver… ¿En qué fecha estamos..? ¡Halloween! Buscamos en Internet unas siluetas, las imprimimos y recortamos, y el resto lo va a hacer el azúcar glass.