Una de mis recetas favoritas. También suele gustarles a los niños porque se queda crujiente por fuera.
Ingredientes:
- Un calabacín
- Harina
- Huevo (1 ó 2, dependiendo del tamaño del calabacín)
- pan rallado
- sal
- aceite de oliva para freír
Elaboración:
Lavamos y secamos bien el calabacín. Lo cortamos en rodajas desechando los extremos. Lo ponemos en un recipiente donde pueda escurrir el agua y lo espolvoreamos con sal.
Lo secamos y procedemos a pasarlo por harina, huevo batido y pan rallado. Yo acostumbro a dejar las rodajas embadurnadas ya con el huevo en un plato antes de pasarlas por el pan rallado, para que escurran algo del huevo, que después ensucia mucho el aceite.
Ponemos al fuego una sartén con bastante aceite de oliva a calentar. Si freímos con poco aceite el calabacín absorve aún más cantidad de grasa.
Cuando el aceite esté bien caliente vamos friendo las rodajas, hasta dorarse, damos la vuelta… Hay que tener cuidado de no descuidarse para que no se quemen. Las escurrimos y ponemos a secar en papel de cocina.
En caliente y en frío es un plato muy rico. ¿Pruebas?