Rosetas, tarde de cine en casa

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Sí, sí, tarde de cine en casa, hoy al menos, apetece con este tiempo.

Cuando éramos pequeños, en las tardes de domingo mi padre nos hacía rosetas en la estufa de leña, bueno, palomitas de maíz, pero siempre se han llamado rosetas en mi pueblo a las palomitas y al tipo de maíz que se utiliza para ello también.

En una sartén grande y honda, con una tapadera de esas típicas cacerolas de porcelana granate, las ponía al fuego, levantaba la sarten y con cuidado, sujetando la tapadera las movía haciendo giros, las volvía a colocar… y así hasta que empezaban a explotar y su repiqueteo y olor característicos nos alegraba. La siguiente parte divertida era cuando por fin dejaban de saltar, mi padre las retiraba de la estufa, y al quitar la tapa, todavía unas cuantas explotaban y nos daban el susto.Mi tío las hacía con azúcar, cosa que era más difícil porque se pegan entre sí, pero le quedaban genial.
Yo ahora se las hago a los niños de una forma bastante más cómoda para mí. En microondas con una fuente de cristal tipo pyrex.

El proceso es muy sencillo. En la fuente de cristal ponemos unos granos de maiz cubriendo el fondo (no hace falta que sean muchos), añadimos, si queremos, aceite y sal, tapamos y al microondas, máxima potencia 3 ó 4 minutos.

En esta grabación me paso tres pueblos poniendo aceite y sobre todo sal, pero es por haber estado más pendiente del vídeo de lo que debía, no volverá a ocurrir…

Un sabor diferente, pero también muy rico, lo logras mezclando aceite y miel, e impregnando los granos de rosetas con ello. ¡Está de bueno…!

Y en poco tiempo llenas una fuente con tu sabor preferido: solas, con aceite y sal, con miel y aceite… riquísimas, facilísimas y sanas. Aunque… ¿El maíz será transgénico? ¡Uf! que difícil es esto de querer comer sano.

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