En Arenas de San Pedro, el Domingo de Ramos es un día especial para los niños. Cuando era pequeña me encantaba que llegase este día. Primero porque los mayores te preparaban un ramo bien chulo, pero sobre todo por las golosinas que llevaba en él, rosetas (sí, bueno…, palomitas de maíz), galletas o caramelos unidos por un hilo…, deseando estábamos los niños, que terminase de una vez la misa, para incarles el diente.
El ramo que mejor huele ¡y sabe!
Hoy en día sigue siendo igual: preparamos el ramo con olivo, romero y laurel. Ya sólo eso es precioso y huele tan bien… Las golosinas que se añaden se han multiplicado. Ahora también son palomitas de colores, gusanitos, gominolas… Cualquier cosa que se pueda sujetar con hilo. El pegote del papel de aluminio en la base del ramo también es una actualización, no muy mona, pero según el razonamiento de los abuelos, muy práctica.
Después dejamos el ramo bendecido en casa, colgado de algún lugar al aire libre, hasta el año siguiente. Para protegernos de las tormentas, me contaban de niña…